¿Qué son los complementos?

¿Qué son los complementos?

Hablamos mucho de ellos pero, realmente, ¿qué son los complementos? Los conocemos popularmente como “vitaminas”, aunque realmente las vitaminas solo son la punta de un iceberg constituido por multitud de moléculas nutritivas. Entre ellas están también los minerales, proteínas, grasas, enzimas, probióticos y muchas plantas, que se ofrecen para enriquecer nuestra dieta, y ayudarnos a mantener la salud dentro de los parámetros de bienestar.

Productos tan diferentes y populares como unas tabletas de Redoxon Vitamina C, un complejo de aminoácidos para reforzar la musculatura de los deportistas, unas perlas de onagra ricas en ácidos grasos, la botella del jugo de aloe vera que nos mejora la acidez ocasional, un reforzante en pastillas para la caída del cabello, o los probióticos, tienen en común junto con otros múltiples ejemplos, su pertenencia a la gran familia de los complementos alimenticios. Pero, ¿qué son exactamente los complementos?

Según la definición que aparece en la norma europea que los regula, los complementos son unos productos alimenticios con funciones nutricionales y fisiológicas. Su función nutricional, como su nombre indica, consiste en complementar la dieta para acercarnos a una nutrición óptima, corrigiendo carencias de nutrientes. Su función sobre los procesos fisiológicos del organismo consiste en mejorar el funcionamiento de las células y órganos del individuo sano.

Complemento y medicamento

Una vez que sabemos qué son los complementos, conviene tener en cuenta este apunte. Si a partir de una cierta dosis, un ingrediente o un complemento alimenticio se demuestra que es útil para curar, en individuos enfermos pasa a ser considerado como un medicamento.

Su presentación en pastillas, cápsulas o ampollas bebibles, hace que muchas personas los confundan con medicamentos, pero los que empleamos complementos tenemos que saber que su diseño, su acción o su dosificación recomendada están pensados para actuar dentro de los parámetros de lo que los técnicos llaman “homeostasis”, es decir, sobre un organismo en estado de salud.

Lo anteriormente dicho no es obstáculo para que los complementos aparezcan recomendados en las recetas de los médicos de medicina natural, medicina integrativa o de médicos homeópatas, porque el médico que practica estas medicinas hace lo posible para que el organismo, a través de sus propios recursos y mecanismos, corrija sus problemas. Para ello la alimentación y el equilibrio de los órganos y células del organismo es fundamental.

Los complementos e internet

Más allá de dejar claro qué son los complementos, quiero comentar dos aspectos que considero delicados y son los relativos a la información y la compra de los complementos por internet.

La popularización reciente de su empleo en nuestro país hace que la gente busque información sobre los complementos por internet y esto puede llevar a engaño. Es muy importante seleccionar bien las fuentes de información. Muchas veces aunque los blogs proporcionen información útil, y digan parte de la verdad, son pocos los que suelen decir “toda la verdad”. Casi siempre la  información es interesada.

En cuanto a la compra por internet, hay que tener presente que el concepto de calidad es muy importante en el ámbito de los complementos y no se puede menospreciar en su adquisición, como muchos hacen.

No todos los complementos del mercado son iguales ni de lejos, pues su fiabilidad y el origen de sus ingredientes pueden variar muchísimo. Su dosificación real no siempre es fácil de determinar. Es infinitamente mayor la diferencia entre complementos de determinadas marcas que la que puede haber, entre un medicamento y su genérico.

La compra por internet en determinadas webs poco fiables o webs “discount”, que ofrecen precios por debajo de mercado, suele acompañar un origen, conservación y comercialización del producto poco controlado.

Presentación y etiqueta

Sabemos ya qué son los complementos así que miremos ahora cómo se tienen que comercializar. La presentación de los complementos viene regulada por normas particulares. No esperemos encontrar prospectos como los medicamentos, pues no los llevan.

En el etiquetaje deben constar en lengua española, como mínimo, tres textos obligatorios, indicando que el producto debe respetar el modo de empleo marcado por el fabricante, no debe sustituir una dieta equilibrada y debe mantenerse alejado de los niños. El envase debe indicar su composición, modo de empleo, lote y fecha de consumo preferente, no caducidad, pues no se trata de un alimento.

Una característica de los complementos es que, a diferencia de los medicamentos, las informaciones sobre su función fisiológica no pueden realizar alegaciones directas a la salud, excepto las reguladas y autorizadas por un comité científico de la Comunidad Europea para determinados ingredientes.


Juan María Serra Mandri, Farmacéutico

Este artículo ha sido escrito para la revista La Torre de Barcelona


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