La acidez y el reflujo se producen cuando el contenido ácido del estómago, necesario para la digestión de la comida, asciende desde el estómago (que tiene un recubrimiento protector para resistir el ácido estomacal) al esófago y la garganta (que no tienen esta protección frente a la acidez). Se produce ardor en la zona de la boca del estómago y fenómenos inflamatorios en la garganta.
Es importante procurar evitar los alimentos que te causan acidez, como comidas muy abundantes y grasas, bebidas carbónicas, tomate, cebolla, ajo, especias picantes, alcohol, café o té.
Cuando se produce durante la noche, el mejor remedio es mantener el tórax y garganta en posición elevada, introduciendo alguna forma de cuña debajo del colchón.
En el ámbito de la alimentación, podemos recurrir a protectores ricos en pectina, como la manzana.
Las plantas mas eficaces para los trastornos digestivos son las que contienen especies de mentas y anisadas, como hinojo, comino etc.
Valoraremos el efecto antinflamatorio de manzanilla y regaliz (no usar de forma crónica en hipertensos). Recientemente se preconiza también el jengibre.
Son interesantes las acciones protectoras de los mucilagos obtenidos de la decocción del malvavisco y llantén.
Muy importante es tener en cuenta el jugo de aloe vera debidamente manipulado para evitar su efecto laxante, que resulta muy eficaz en irritaciones gástricas.
Existen complementos alimenticios que tienen efectos contra el reflujo ya que realizan un efecto barrera.