Los usos de las arcillas

Los usos de las arcillas

1. La arcilla

La arcilla es el más simple de los materiales que, siempre unido al agua, utiliza el hombre, creando así la alianza de dos elementos básicos, símbolo del nacimiento y de la vida.
Impregnada de sol, aire y agua, capta sus principios vitales y se convierte en un poderoso agente regenerativo.

2. Propiedades

  • La arcilla es muy rica en oligoelementos.
  • Absorción, puede retener todo tipo de líquidos (drenador, absorbe edemas), absorber los malos olores y decolorar.
  • Adsorción, permite la fijación y neutralización de toxinas y alcaloides.
  • Antibacteriano, impide la proliferación microbiana.
  • Poder cicatrizante, regenera los tejidos.
  • Poder cubriente, depende de su estructura.
  • Se obtienen muy buenos resultados combinando la arcilla con remedios de fitoterapia, aceites esenciales, extractos o incluso con sal marina.

 

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3. Uso externo

Cataplasmas

El metal nunca debe estar en contacto con la arcilla (cuchara, recipiente): se usa una cuchara de madera y un recipiente de vidrio, porcelana, madera,... (no de plástico). Como soporte se utiliza preferentemente un tejido natural (algodón, lino).

Se vierte la arcilla alisando ligeramente la superficie, se cubre con agua, se deja reposar sin remover; la consistencia debe ser lo bastante firme para que no chorree, pero no demasiado espesa. Se dispone la pasta arcillosa sobre una tela bastante gruesa, que deberá cubrir una superficie más extensa que la que se trata. La arcilla debe tener un espesor de dos o tres centímetros. Se coloca en el lugar deseado dejando la arcilla en contacto directo con la piel y manteniéndola con un vendaje no muy apretado.

Puede dejarse aplicada desde unos minutos hasta tres horas como máximo; pasado este tiempo deviene menos eficaz. Después de la aplicación y una vez seca, se retira y se limpia la piel con agua (nunca con alcohol ni colonia). Esta arcilla hay que tirarla ya que está contaminada con toxinas.

Como regla general, si se aplica en un lugar caliente, febril, congestionado o inflamado, deberá refrescar, por lo que se aplica una cataplasma fría. En caso de buscar el efecto de tonificación o revitalización, general o de un órgano en particular, reconstitución ósea (fractura, descalcificación...) o sobre el hígado, los riñones o la vejiga, se aplicará cataplasma tibia. Se puede calentar la arcilla al sol, cerca de un radiador o al baño María (nunca en el microondas o directamente al fuego, pues se desnaturaliza).

Atención: evite aplicar cataplasmas en dos órganos importantes a la vez ya que podría crear reacciones demasiado fuertes debido al exceso de trabajo del organismo.
Cuando se va a tratar un órgano profundo, para evitar una aparente agravación, se tomarán precauciones. Quince días antes de empezar a aplicar la cataplasma se drenará el organismo mediante una cura de limón, frutas, alimentación vegetariana, arcilla por vía oral y aplicación de laxantes si es necesario. Se empezará aplicando una capa muy fina y se aumentará progresivamente el espesor y la extensión de las cataplasmas y no se interrumpirá el tratamiento, antes que el drenaje sea suficiente.

Compresas

Es preferible sobretodo en los comienzos, cuando se teme una reacción secundaria a las cataplasmas o en caso de lesiones infectadas. Se impregna una compresa con una mezcla muy fluida (menos arcilla y más agua) se aplica sobre la zona a tratar cubriéndose con una tela seca. En general, es suficiente aplicarla entre media hora y una hora, exceptuando la noche que se puede dejar varias horas.

Lavados y ducha vaginal
Se utiliza arcilla en polvo. Desleír cuatro cucharadas soperas de arcilla por litro de agua tibia. Son muy útiles en caso de colitis, lombrices intestinales, micosis vaginales e inflamaciones locales (vaginitis, cervicitis, metritis).

Empolvado

Se recomienda la arcilla ultrafina para el empolvado de los bebés: la acción desinfectante unida a su capacidad de regeneración rápida de los tejidos la hace irremplazable, incluso en los tratamientos de ulceraciones como el eccema, la psoriasis,... (el talco raramente es natural).

4. Uso interno

Purifica, drena el organismo. Enriquece la sangre si se está anémico, cura los problemas de piel y colma las carencias. La arcilla contiene vestigios de numerosos elementos minerales, pero en cantidad insuficiente para explicar su efecto reconstituyente. Eso es debido a que sus elementos actúan como catalizadores. Por otra parte, la arcilla acumuló la energía de todos los elementos; ésta equilibra el metabolismo del organismo y ejerce una acción reguladora sobre las glándulas endocrinas.

Para drenar el organismo con arcilla se procederá por etapas:

Preparar un vaso (ni de vidrio ni de plástico) con ¾ partes de agua mineral y añadir una cucharadita de café de arcilla, preferentemente superfina o ultrafina en polvo. Para permitir que la arcilla libere sus elementos vitales hay que prepararlo la noche anterior.

La primera semana se toma, en ayunas, solamente el agua de remojo (dejar la arcilla depositada en el fondo del vaso).

Posteriormente se toma el agua y la arcilla, siempre en ayunas por la mañana.
La cura se realiza durante tres semanas, se descansa una semana y se retoma el mismo tratamiento durante tres semanas con un nuevo descanso de una semana.

No aumentar nunca las dosis, salvo casos muy precisos.

Se recomienda una cura de tres meses, dos veces al año.

Los efectos normales del drenaje que produce la arcilla, al inicio del tratamiento, pueden ser:

- Sangrados más abundantes
- Dolores recrudescentes
- Aumento de la temperatura corporal
- Fatiga persistente
- Las úlceras se agrandan y se abren dejando escapar pus y sangre, antes de cicatrizar y desaparecer.

Contraindicaciones a la vía interna

- Tendencia o riesgo de estrangulamiento de una hernia.
- Hipertensión.
- Tendencia o riesgo de oclusión intestinal
- Haber tomado aceite de parafina durante los quince días anteriores o durante la cura con arcilla, ya que provoca el endurecimiento de la arcilla.
- Las personas habitualmente estreñidas deben tener precaución con la arcilla por vía interna (excepto la arcilla blanca) y tomar agua arcillosa, evitando tomar el depósito que se forma en el vaso.
- Como regla general, es mejor abstenerse de tomarla cuando se sigue un tratamiento médico alopático u homeopático ya que este puede verse alterado.
- En pacientes con insuficiencia renal grave, la vía interna se indicará de la siguiente manera: de uno a dos vasos de agua de arcilla a la semana, teniendo la precaución de beber sólo el agua (una cucharadita de café en cada vaso)

Joan Maria Serra Mandri  y Marta Cassà Torres, farmacéuticos

Este reportaje fue publicado en nuestra web antes de Junio 2011

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