Los estudios médicos en países desarrollados como el nuestro indican que cada vez hay más personas con algún tipo de problema digestivo. El estrés que nos hace comer rápido y sin prestarle la debida atención, y los platos mal preparados o muy copiosos son algunas de las causas de la alteración en el funcionamiento correcto del aparato digestivo.
El incremento de consultas en este campo nos obliga a recordar algunas pautas básicas que pueden ayudar a mitigar los síntomas de la dispepsia en nuestros pacientes.
Para empezar, se debe indicar que no sólo es importante vigilar la forma de alimentación, sino también el terreno enzimático de su sistema digestivo, su flora y su tolerancia a ciertos alimentos más irritantes; por eso en algunos casos será conveniente recomendar cierta suplementación. También es bueno tener en cuenta los medicamentos homeopáticos más utilizados en estos casos, así como los oligoelementos que pueden ayudar a paliar los síntomas.
Hinchazón y dolor abdominal, retortijones, regurgitaciones, eructos, flatulencias, acidez son síntomas de mala digestión: de dispepsia. Los gases pueden ser debido a aire deglutido (por haber bebido mientras se comía, por ejemplo), a fermentaciones, a haber masticado poco o a secreciones pancreáticas o biliares insuficientes.
Tienen tendencia a ser flatulentos los alimentos que contienen fibra soluble y los de sabor astringente: las legumbres, los de la familia de las coles, las cebollas, la bollería, el sorbitol, los carbohidratos mal digeridos, el vinagre. Si los alimentos que fermentan tienen proteínas ricas en azufre (judías, cebolla, ajo, huevos o carne), los gases serán olorosos.
El reflujo se produce cuando, por alguna razón, se debilita el cardias, esfínter que permite el paso de los alimentos desde el esófago hasta el estómago. Así, los alimentos a medio digerir junto con los ácidos estomacales hacen el recorrido inverso y consiguen llegar hasta el esófago, e incluso a la cavidad bucal. Suele ocurrir en comidas excesivamente ricas en proteínas y sobre todo en grasas o alimentos refinados. El exceso de alcohol o comer muy rápido también pueden provocar problemas similares. También el estrés (que sobreexcita el sistema nervioso parasimpático) y el sedentarismo, así como el sobrepeso, que produce la pérdida de vitalidad y tensión del diafragma. Una buena recomendación para casos simples es evitar cinturones y ropas apretadas; además de recordar que no es conveniente inclinarse demasiado después de haber comido.
En la hipoclorhidria o hipoacidez, el dolor, los ardores y la digestión difícil se presentan después de la comida, mientras que en la hiperclorhidria (hiperacidez) se presentan fuera de las comidas. El alimento que calma la hipoacidez sería una infusión de jengibre; y el que calma la hiperacidez, el zumo de patata (cicatrizante) y col (y también de zanahoria, que protege la mucosa).
A nivel específico, es importante diagnosticar si estos síntomas van acompañados de otros más graves y continuados, o si la causa de las molestias es debida a emociones, ansiedad o estrés; entonces el tratamiento deberá ser más específico.
Otros aspectos que pueden provocar malestar digestivo son tomar postres –sobre todo la fruta, ya que favorece la fermentación–, tumbarse o acostarse inmediatamente después de haber comido, comer en abundancia, comer muchas grasas y fritos, consumir alcohol, café, té, chocolates, bebidas con gas…
A nivel general, las perlas de umeboshi antes de las comidas, el kudzu (zumo de manzana y kudzu), el miso –que nos prepara para hacer la digestión–, la cúrcuma –que es antiinflamatoria y ayuda a digerir las grasas o la canela –que estimula la digestión pueden ir muy bien para paliar los síntomas o evitarlos. También nos pueden ayudar la lecitina de soja –que emulsiona las grasas– y el alga Chlorella.
El jugo de aloe se recomienda en personas con irritaciones gástricas. El presentado en gel o en líquido es netamente más eficaz que los comprimidos o cápsulas.
PREPARAR EL ESTÓMAGO, HÍGADO Y PÁNCREAS CON FITOTERAPIA
Es bueno que recomendemos una preparación del sistema digestivo con alimentos o infusiones amargas y tranquilizantes que ayudan a generar más jugos estimulando el estómago, el hígado y el páncreas. Así evitaremos retortijones y trabajo imprevisto para el estómago. Siempre son recomendables la manzanilla, la tila, la pasiflora lavanda, el romero, la ortiga, el cardo mariano, el boldo, la alcachofera (cuidado: es amarga ). Una alternativa sería Ergyprotect de Nutergia, que ayuda a proteger las mucosas y las prepara.
ENZIMAS DIGESTIVAS PROTEOLÍTICAS
Recordamos que las enzimas proteolíticas como la papaína y la bromelaína –de origen vegetal– y tripsina y quimotripsina –de origen animal– ayudan a hidrolizar las proteínas. Por eso son muy buenas evitando los malestares digestivos que puedan surgir con una comida muy rica en proteínas.
Con la edad, la cantidad de enzimas que el organismo sintetiza disminuye. Cuando las enzimas no pueden actuar o su cantidad es insuficiente, se producen procesos de fermentación y de putrefacción de los alimentos a medio digerir. Por eso, a parte del aporte de enzimas, también es conveniente compensar esta población intestinal complementando con flora beneficiosa, mediante probióticos.
RECURRIR A LA COMPLEMENTACIÓN NUTRICIONAL Y A LA FITOTERAPIA PARA MEJORAR LA SALUD DIGESTIVA
Si hay pesadez, gases, dolor y molestias digestivas, recordamos que las siguientes plantas nos ayudaran mucho: romero, manzanilla, menta, hierbaluisa, regaliz, alcaravea, angélica, verbena, milenrama. A nivel general, son realmente interesantes la combinación de varias propiedades que ofrece las siguientes fórmulas ya preparadas: Digerisco o Digersol de Specchiasol, Digestivaid Active de Trepat Diet, Digeston de Health Aid, Nutri-Zyme, o Vibra-Gest de Nature’s Plus, Enzimas digestivas de Sura Vitasan, etc.
Podemos recomendar específicamente para los gases hinojo, cilantro, comino, anís verde y estrellado, melisa y menta, que tanto se pueden tomar en infusión después de comer o en polvo al cocinar, sobre todo en las legumbres o las verduras de la familia de las coles.
Cuando el malestar viene producido por el consumo de legumbres, existe un producto especifico llamado Say Yes To Beans de Nature’s Plus.
El carbón vegetal activo, que es carbón vegetal micronizado en partículas finísimas, es también interesante por su capacidad absorbente (el mejor es el obtenido por carbonización de la cáscara de coco, o del abedul), y conviene tomarlo siempre fuera de las comidas.
Ejemplo: Carbo Activ de Dietisa
Para la acidez nos pueden servir la malva, el malvavisco, el olivo, la pasiflora, la manzanilla, el regaliz (las personas hipertensas deben ir con cuidado), el rabo de gato, etc.
Para el reflujo, disponemos del producto ya mencionado Nutrasec de Nature’s Plus.
OLIGOTERAPIA, HOMEOPATÍA Y AROMATERAPIA: BUENOS ALIADOS DE LA SALUD DIGESTIVA
Los oligoelementos clásicos para trastornos funcionales digestivos, digestiones lentas y pesadas, aerofagia son el níquel-cobalto.
En homeopatía y dependiendo de la gravedad y la sintomatología del paciente, cabe recordar que se pueden recomendar cepas como Nux vomica, Robinia pseudoacacia (ardores), Iris versicolor, Kalium carbonicum y Anacardium, entre otras. Existe una especialidad homeopática denominada Gastrocinesine (Boiron).
Basados en la aromaterapia, tras una comida pesada, una buena recomendación para aliviar el malestar puede ser un par de gotas de aceite esencial de menta piperita, limón o albahaca exótica debajo de la lengua.
TERAPIAS MANUALES Y ACEITES ESENCIALES
Otra ayuda interesante para aliviar dolores e incomodidades digestivas son los masajes utilizando los beneficios de la aromaterapia. Por ejemplo, para aliviar los problemas de gases, se puede aplicar sobre la zona abdominal aceite esencial de melisa o hinojo junto con un aceite vehicular. Se deben realizar masajes suaves sobre la zona de forma circular en el sentido de las agujas del reloj, presionando un poco. Este masaje ayuda a relajar el intestino y a expulsar los gases.
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