Salud de la próstata III. Dieta y complementos

La próstata crece durante la mayor parte de la vida de un hombre, de forma que a partir de los 60 años es muy frecuente presentar una condición llamada próstata "agrandada", adenoma prostático o hiperplasia benigna de próstata (HPB).

Estudios bien documentados han demostrado que la alimentación desempeña un papel primordial en la prevención y control de los problemas de la próstata. Así, por ejemplo, estos problemas son mucho menos frecuentes en culturas orientales, como en China o Japón, lugares donde el tipo de alimentación se basa en el uso de ciertos vegetales que parecen ser fundamentales para la protección de la glándula prostática.

En el apartado de venta de farmacia Serra : "Consejos naturales para la próstata" podrá comprar  una representación de los complementos alimenaticios beneficiosos, que podrá complementar con una dieta equilibrada para la próstata. Sirven como ejemplo:

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1. EL DAÑO OXIDATIVO Y LA PRÓSTATA
2. LA IMPORTANCIA DE LA DIETA
3. COMPLEMENTOS  ALIMENTICIOS
- Licopeno
- Quercetina
- Isoflavonas y lignanos
- Otros polifenoles
- Ácidos grasos omega 3
- Zinc
- Selenio
- Vitamina D y sus metabolitos activos
- Vitamina E
- Vitamina C

1. EL DAÑO OXIDATIVO Y LA PRÓSTATA

La excesiva proliferación de radicales libres ocasiona un daño considerable en las membranas celulares, mitocondrias y ADN de la glándula prostática, aumentando su tendencia a mutar. Este deterioro se van acentuando con la edad y aumenta la probabilidad de que una célula se vuelva maligna. Así pues, uno de los mecanismos preventivos más beneficiosos es el empleo de antioxidantes celulares aportados tanto en la dieta como en la suplementación.

Los factores negativos, que van a incrementar el daño radicalar son: stress, tabaco, alcohol, sedentarismo, obesidad y vejez.

Los antioxidantes, tanto por la vía enzimática (SOD, catalasa, glutation etc...), como por la vía nutricional (vitaminas antioxidantes, selenio, zinc, cromo, aminoácidos azufrados) y otras sustancias como el licopeno, quercetina, ácido lipoico, coenzima Q10, pycnogenol, polifenoles, etc... son favorables para mantener el equilibrio de la glándula prostática.

2. LA IMPORTANCIA DE LA DIETA

Debemos tener en cuenta que los factores de riesgo para el desarrollo de la hiperplasia prostática benigna y para el cáncer prostático son los mismos, es decir: edad, factores hormonales y factores de tipo genético, familiar y étnico.

Una dieta saludable, rica en frutas y verduras y un correcto balance de minerales y ácidos grasos es importante para la salud de la próstata, especialmente para obtener una razonable protección frente al cáncer. Los especialistas suelen restringir alimentos tales como:

  • Café y té (por su efecto diurético)
  • Bebidas alcohólicas (disminuyen la inmunidad)
  • Bebidas gaseosas (los gases presionan la glándula)
  • Ahumados, embutidos, frituras y, en general, las grasas saturadas de origen animal.

Tipos de dieta

La típica dieta occidental de hoy en día, alta en lácteos y grasas de origen animal y baja en productos vegetales integrales ricos en fibra, hace que las cifras de incidencia de cáncer prostático sean muy superiores a las de Asia. Concretamente, las dietas habituales en el extremo oriente, basadas en la soja y el arroz, han demostrado un alto nivel de protección sobre la salud de la próstata.

Verduras y frutas

El consumo abundante de vegetales, tomates, zanahorias, espinacas, esparragos, frutas variadas y cereales tiene un efecto protector demostrado por varios estudios, que han destacado sobre todo el importante papel de la soja y el lino.

El tomate se ha promocionado durante mucho tiempo debido a su contenido en licopeno, pero hoy se considera que serían más protectores determinados transformados del tomate que el propio vegetal crudo.

También destacables son las verduras agrupadas bajo el nombre de crucíferas. Son ejemplos: el brócoli, la coliflor y la col de Bruselas, ricas en una sustancia azufrada llamada sulforafano, de efectos protectores frente al cancer.

Los pigmentos polifenólicos, grupo al cual pertenecen muchas sustancias beneficiosas como los flavonoides, los antocianos, las antocianidinas, las isoflavonas o los taninos, están presentes en los frutos u otras partes de los vegetales, a las que deben muchas veces su aspecto coloreado. Como ejemplos de alimentos ricos en polifenoles están los arándanos, las uvas, fresas y frambuesas, cerezas, granada, té verde, açai, cacao, lino o cebolla y en sus derivados como el vino tinto. Todos estos alimentos están siendo objeto de muchos estudios por su contenido en polifenoles y su relación con el cáncer en general, y el de próstata en particular. Para más información puede consultar nuestro artículo sobre las frutas de colores.

Han manifestado efectos favorables algunos hongos orientales, como el Maitake y otros vegetales como el romero.

Grasas

El consumo excesivo de grasas animales saturadas es un factor muy negativo para la salud de la próstata y un grave factor de riesgo. Por el contrario, el consumo de pescado rico en ácidos grasos omega 3 es un factor muy positivo.

3. COMPLEMENTOS  ALIMENTICIOS

LICOPENO

El licopeno es el antioxidante más preconizado para los problemas de próstata. Se trata de un carotenoide muy presente en el tomate y sus derivados. Los estudios de que disponemos destacan su acción sobre la salud de la próstata, previniendo su deterioro. Curiosamente, la riqueza en licopeno se manifiesta mucho más en los derivados del tomate (salsas, ketchup, puré) que en el propio vegetal. Actualmente, las principales marcas de salsas de tomate ya indican el contenido de licopeno en la informacion nutricional.

Modo de empleo:
La dosis diaria recomendada no se ha establecido, pero se suele recomendar una ingesta de 3-5 mg/día aproximadamente.
Equivale al consumo de cinco porciones semanales de procesados de tomate tipo salsas, jugos, etc... Si la persona presenta ácido úrico elevado, mejor el suplemento en cápsulas.

QUERCETINA

La quercetina es un flavonoide presente de forma natural en ciertas frutas como las mandarinas, algunas variedades de manzanas, el arándano rojo y las grosellas. También en verduras como las cebollas, coles y espinacas y en otros productos vegetales como el té verde, el té negro, el vino tinto, el ginko, etc...

Pesenta acción antioxidante sinérgica con la de la vitamina C que, según han manifestado numerosos estudios, tiene una acción favorable sobre las inflamaciones de la próstata y preventivas frente al cáncer de esta glándula. Se emplea, principalmente, en las prostatititis no bacterianas refractarias a otros tratamientos.

Modo de empleo:
Como apoyo al tratamiento fitoterápico (sabal serrulata, palmetto...) de la hiperplasia benigna de próstata, se recomienda una dosis diaria de 500 mg, dos veces al día y fuera de las comidas.

Precauciones:
Los flavonoides se toleran bien, pero las personas con tensión arterial baja y transtornos de la coagulación deben emplearlos con moderación. La quercetina, además, podría inhibir la acción de los antibioticos derivados de las quinolonas, como el ácido nalixídico y el ciprofloxacino.

ISOFLAVONAS Y LIGNANOS

Ambas sustancias pertenecen al grupo de los polifenoles. La ingesta de isoflavonas, muy abundante en las dietas orientales (china y japonesa) a la par que escasa en las dietas occidentales, se relaciona con una menor incidencia de cáncer de próstata. En efecto, los estudios epidemiológicos demuestran que los ciudadanos de países orientales, cuyas dietas incluyen plantas como la soja o el kuzú, ricos en isoflavonas, presentan una menor incidencia de problemas de próstata. Así mismo, una dieta suplementada con lignanos, polifenoles presentes unicamente en la semilla de lino, se han demostrado protectores para esta glándula masculina.

Mecanismo de acción:
1º) Los lignanos, las isoflavonas y otros polifenoles tienen acción estrogénica debil, que estaría en relación con su actividad protectora prostática. La testosterona circulante en los hombres se halla unida a transportadores en un 98% y permanece libre sólo en un 2%. El consumo de estos polifenoles aumenta la proporción de estos transportadores, con lo que disminuye la testosterona libre, relacionada con el dsarrollo de tumores de próstata.

2º) Estos polifenoles ejercen también un efecto antioxidante y protector del ADN, que se estudia actualmente como un factor importante para evitar el desarrollo del cáncer.

3º) La aromatasa, que en la mujer es un factor relacionado con el desarrollo del cáncer de mama, en el hombre se relaciona con el de próstata y, por lo visto, los lignanos y otros polifenoles disminuyen su actividad.

4º) Igualmente, los lignanos y las isoflavonas inhiben la 5-alfa-reductasa y la 17-alfa-hidroxiesteroide-deshidrogenasa, enzimas que serían negativas por cuanto facilitan en el hombre el desarrollo del tumor, ya que ayudan a la producción de andrógenos como la 5-alfa-dehidrotestosterona.

Todos estos efectos se desarrollan de forma indirecta ya que, tanto isoflavonas como ligananos, se metabolizan a través de la flora intestinal, transformándose en las sustancias activas. Son muy interesantes a este respecto los estudios realizados con los lignanos secoisolariciresinol diglicósido (SDG), matairesinol y pinoresinol, que en presencia de determinadas bacterias intestinales se transforman en los denominados lignanos mamíferos, activos para el hombre. Según algunos autores, su acción sería del mismo tipo que el fármaco tamoxifeno. Tienen gran interés y se emplean más como preventivos del cáncer de prostata, que para la Hiperplasia benigna de próstata.

Modo de empleo:
El aporte de lignanos en la dieta se consigue gracias a la semilla de lino, no así del aceite. Si necesitamos suplementos, se puede recurrir a cápsulas de lignanos (50 mg/día es lo ideal). Se recomienda su empleo asociado con reforzantes de la flora intestinal, necesarios para su metabolismo.
Así mismo, las isoflavonas en dosis de 50 mg al día, o bien mediante la ingesta de derivados de la soja presentan una acción favorable.

Precauciones:
En el uso de estos productos de acción hormonal deberá siempre atenderse al criterio del especialista, sobre la idoneidad de la suplementación nutricional.
No se recomiendan en pacientes con vegiga irritable ya que podrían intensificar los síntomas de urgencia y frecuencia urinaria.

ÁCIDOS GRASOS OMEGA 3

Estudios realizados en Corea por Yang y col. muestran una disminución del nivel de ácidos grasos omega 3 en el suero de los hombres con hiperplasia benigna de próstata, en comparación con la población sana. Esta disminución se acentúa aún más en pacientes con cáncer de prostata. Se sabe también que los ácidos grasos omega 3 de cadena larga ejercen efecto protector sobre las alteraciones de la próstata e inhiben el crecimiento celular. Terry y col. demostraron que hombres que no ingieren nada de pescado tienen de 2 a 3 veces más posibilidades de tener cancer prostático.

Por todo ello es recomendable la suplementación con aceites de pescado o crustáceos, ricos en omega 3 del tipo EPA o DHA, en una cantidad de 1000 mg diarios.

ZINC

Según estudios realizados, la próstata sana acumula altos niveles de zinc, que se ven disminuidos en los pacientes con hiperplasia benigna de próstata. Por tanto, parece ser que este oligoelemento es importante para la salud de esta glándula. Se considera que un aporte de 15-30mg de zinc al día es suficiente. Sobrepasar los 75mg diarios tiene un efecto contraproducente, pues aumentaría el riesgo de cáncer de próstata, al disminuir los niveles de cobre.

SELENIO

Según se ha demostrado en diferentes estudios el aporte de 100 - 200 mcg de selenio diarios tiene unos resultados muy favorables sobre la salud de las personas, debido a su poderosa acción antioxidante e inmunoestimulante. De hecho, fue el primer nutracéutico que se asoció con una disminución del riesgo de presentar cáncer. Al igual que en el caso del zinc, sus niveles están disminuidos en los pacientes cancerosos. Niveles superiores a los recomendados pueden tener un efecto contraproducente.

VITAMINA D Y SUS METABOLITOS ACTIVOS

En un estudio epidemiológico realizado en los EEUU, comparando la incidencia del cáncer de próstata en diversos estados, se observó que es menor en los estados más soleados, en los que el organismo sintetiza cantidades superiores de vitamina D.
Estudios recientes indican que una pequeña suplementación podría ser favorable, del orden de 200 UI diarias, dado que la vitamina D inhibe la proliferación celular de varios tipos de células como las células cancerosas prostáticas.

VITAMINA E

Diversos estudios realizados relacionan la suplementación en Vitamina E con una menor incidencia del cáncer de próstata. Concretamente en el New England Journal Med. se publicó un estudio de la prevención con Alfa-Tocoferol, Beta-Caroteno cáncer (ATBC) donde se mostraba una más baja incidencia de cáncer prostático en pacientes suplementados con vitamina E. La mortalidad por cáncer prostático también se redujo.

La dosis ideal recomendada para ejercer una acción antiaging, protectora frente a la oxidación y deterioro del material genético y del sistema inmune es de 400 UI. Se recomienda el empleo de la vitamina E, mezcla de tocoferoles.

VITAMINA C

La vitamina C, en su corta actividad en el organismo, actúa eliminando los radicales libres, frenando la degeneración celular y disminuyendo los cambios cromosómicos provocados por la misma.
Se recomiendan dosis diarias de 250 a 1000 mg aunque pueden emplearse dosis mayores, sin riesgo.

Joan María Serra Mandri
Farmacéutico

Reportaje publicado en nuestra web www.farmaciaserra.com, con fecha anterior a junio 2011.

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