Con el aumento de la esperanza de vida, buscamos también mantener nuestras condiciones físicas y mentales a pleno rendimiento y conseguir mejorar nuestra calidad de vida durante la vejez.
Una de las principales preocupaciones es el deterioro cognitivo y la neurodegeneración. Es la antesala para la aparición de enfermedades neurodegenerativas, como el Párkinson o el Alzheimer.
Nuestro estilo de vida tiene mucho que ver en nuestra salud cerebral.
La alimentación poco adecuada, el sedentarismo, los tóxicos, el estrés mantenido, la exposición prolongada a pantallas, etc. nos genera inflamación sistémica y el cerebro no es menos, también se inflama, es lo que conocemos como neuroinflamación.
Los síntomas de la neuroinflamación seguro que son muy reconocibles para muchos de vosotros: pérdida de función cerebral, falta de concentración, eso que llamamos "niebla mental", levantarnos por las mañanas se convierte en un esfuerzo enorme, pérdida de motivación, falta de resistencia física y mental, sentirse cansado todo el tiempo.
Hablemos un poco de envejecimiento cerebral
La creación de nuevas neuronas, así como la creación de nuevas conexiones entre las neuronas ya existentes (neuroplasticidad) se va frenando con la edad.
Las funciones neuronales y cognitivas se van viendo cada vez más reducidas.
Un factor a tener muy en cuenta en el envejecimiento, sobre todo cerebral, son las mitocondrias.
Las mitocondrias son nuestras centrales energéticas. Están dentro de las células. Convierten el oxígeno y los nutrientes en energía.
Y como toda central energética, genera muchos residuos con su actividad diaria, lo que llamamos radicales libres.
Un exceso de estos radicales libres nos produce estrés oxidativo, es decir, nuestras células se oxidan a unos nivles muy elevados y esto nos inflama, porque nuestro cuerpo está constantemente intentando reparar los daños y no da abasto.
En el caso del cerebro a esta inflamación la llamamos neuroinflamación.
Como hemos dicho, nuestro estilo de vida inadecuado demanda demasiada producción de enregía todo el tiempo, lo que aumenta muchísimo la producción de radicales libres y el daño celular, así como el daño mitocondrial.
Lo ideal sería conseguir que las mitocondrias generen mucha energía con pocos radicales libres. Pero no es tarea fácil, aunque os daremos algunos consejos muy útiles.
El truco... debemos mantener un buen equilibrio entre los radicales libres y los antioxidantes.
Nutracéuticos para mejorar la salud cerebral
La Coenzima Q10
Ha demostrado ser un potente antioxidante mitocondrial y un gran neuroprotector, es decir que protege a las neuronas.
Ayuda a reducir el estrés oxidativo y la inflamación. Mejora los síntomas de fatiga.
En personas con enfermedad de Alzheimer se han detectado bajos niveles de Coenzima Q10 por lo que se considera interesante en estos casos, recurrir a estos suplementos con antioxidantes.
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Coenzima Q10 100mg. de Lamberts Recomendada por su calidad y concentración de CoQ10 en forma de ubiquinona. Ofrece una mejor absorción por su presentación en una base de aceite vegetal.
Coenzima Q10 100mg. de PharmaNord Recomendada por su materia prima de Q10 que es idéntica al tipo de Q10 que produce el cuerpo humano (idéntica y natural), y cuenta con una muy alta biodisponibilidad.
Omega 3 DHA
Los ácidos grasos omega 3 son grandes antiinflamatorios y son un nutriente esencial para el cerebro.
Son su gran alimento, ya que el cerebro es el segundo órgano más graso del organismo (el primero es el tejido adiposo subcutáneo).
Los ácidos grasos insaturados constituyen la base de la estructura de las membranas neuronales.
Hay evidencia científica que demuestra que la ingesta de ácidos grasos poliinsaturados omega 3, en particular DHA, es esencial para el mantenimiento de una correcta función cerebral.
Es un gran antioxidante y neuroprotector por lo que se aconsejan suplementos con antioxidantes como el Omega3 DHA.
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Nua DHA 100mg. de Nua Recomendado por su concentración y pureza de omega 3 DHA.
Omega 3 Vegano de Norsan Recomendado por su pureza y concentración. Formato líquido para veganos.
Selenio y Magnesio
El selenio es un gran antioxidante y resulta que es un nutriente muy deficitario en Europa. También ayuda a mantener las defensas en niveles óptimos, algo importante para mantener a raya la inflamación.
El magnesio es un nutriente muy investigado. Hay estudios que demuestran que ayuda a reducir la neuroinflamación, algo que en salud cerebral y prevención del deterioro cognitivo es absolutamente fundamental, ya que la inflamación "cerebral" es la cama en la que descansan múltiples patologías listas para despertar.
Además resulta ser un gran regulador del sistema nervioso.
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Selenium 50mcg. de Solaray por su formulación de selenio sin levadura en forma de L-selenometionina altamente biodisponible
Mag Zenium de Physionat Recomendado por su alta biodisponibilidad, elaborado con técnica patentada de Vórtex dinámico. Aporte de nutrientes clave para el sistema nervioso.
Resveratrol y Pycnogenol
Son sustancias que reducen la inflamación a nivel sistémico y cerebral.
Además son potentísimos antioxidantes.
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Active Resveratrol de Salengei Recomendado por su fórmula con mayor dosis de Trans-Resveratrol 98%. Hecho enteramente a partir de Polygonum cuspidatum natural y salvaje
Pycnogenol de Kal Recomendado por su extracto patentado de corteza de pino de alta potencia antioxidante
Hábitos para evitar la neuroinflamación
Evita el alcohol
Tenemos su consumo muy normalizado, pero no podemos olvidar que es un gran tóxico y un agente oxidativo muy potente. Y recuerda que el estrés oxidativo es un gran enemigo para la salud cerebral.
Recupera la flexibilidad metabólica
Deja de comer a todas horas. Come con hambre real. Es importante dejar pasar horas suficientes entre comida y comida, mínimo 5 horas y de 10 a 12 horas entre la cena y el desayuno.
Al comer de forma casi constante y picando a todas horas, hace que tengamos a nuestro cuerpo trabajando en un proceso de digestión casi contínuo. Este proceso, además de requerir mucha energía, hace que se inhiban otros procesos metabólicos que se ponen en marcha cuando la digestión acaba.
Tenemos que permitir a nuestro organismo activar todos los procesos necesarios para la vida, como la absorción, la limpieza, la reparación y regeneración, etc.
Mejora la higiene del sueño
Durante el sueño, limpiamos los residuos de la actividad diaria de nuestro cerebro, que es mucha. También reparamos todos los daños en tejidos y células producidos durante el día. Es importante dormir las horas necesarias y que el sueño sea continuado, ininterrumpido.
Un dato curioso. ¿Sabías que el cerebro también tiene latido? Se ha visto que durante el sueño el cerebro late 4 veces por minuto. Esto lo hace para poder drenar el líquido cefaloraquídeo y así expulsar todos los residuos metabólicos generados durante el día.
Modula el estrés
Rebajar los niveles de estrés mantenido. Este tipo de estrés constante nos genera una inflamación muy elevada, por las hormonas que se liberan y por la sobre-exigencia a nuestro organismo. Además genera estrés oxidativo con una enorme cantidad de radicales libres, lo que es muy dañino para todos los órganos, incluido el cerebro.
Come bien
Incluir en la dieta nutrientes clave y alimentos buenos para el cerebro, de los que ya hemos hablado antes. Antioxidantes, omega 3, coenzima Q10, selenio, magnesio...
Basa tu dieta en alimentos vivos, como verduras, hortalizas, frutas, carnes y pescados, huevos, etc. Es importante distinguir entre alimento y producto (básicamente alimentos procesados que no nutren).
Haz ejercicio, físico y mental
Ejercita cuerpo y mente
Incluir actividad física en las rutinas diarias. Se ha visto que el ejercicio de fuerza favorece la formación de nuevas mitocondrias y ayuda a identificar y eliminar las dañadas, a fin de lograr una mayor eficiencia metabólica.
Ejercita tus neuronas. Busca formas de tener tu mente activa. Aprende a hacer cosas nuevas (tocar un instrumento, pintar, hacer ganchillo... lo que se te ocurra!). Se ha demostrado que cuando aprendes a hacer algo nuevo, se desarrollan nuevos patrones y conexiones neuronales, aunentando tu capacidad cerebral.
Busca retos intelectuales, haz pasatiempos, sudokus, juegos de lógica... todo lo que active tu mente, bienvenido sea.
Por supuesto, cuanto antes integremos estos cambios en nuestra vida, mejor. Porque si esperamos a la vejez para mejorar la salud cerebral, ya vamos tarde. Se trata de prevenir más que de curar.
Aunque hay estudios que han demostrado efectos beneficiosos de algunos nutracéuticos y suplementos antioxidantes en enfermedades neurodegenerativas como el Párkinson o el Alzheimer, como el omega 3 DHA o la Coenzima Q10, hemos de tener claro que son recursos que pueden ayudar en el proceso, pero no son ninguna “cura” o tratamiento para estas enfermedades neurodegenerativas.
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